En el Recuerdo. Dios nos libre. Aurora Flórez

Aurora Flórez. Dios nos libre de desfallecer en estos tiempos que tientan con el pesimismo , con el miedo, con el desencanto, después de haber pretendido tener el mundo y sus pompas en las manos. Fatuos, necios, hedonistas, saciados de autocomplacencia, sordos a la Verdad, alejados, enamorados de un estatus que se nos deshace alrededor, en nuestro interior mismo, que nos amenaza en precario, que nos rompe el sentido del equilibrio ficticio en el que nos habíamos acomodado.
Quizás nos sobran argumentos para derrumbarnos y seguramente también motivos y razones para asirnos a Dios y pedirle que nos libre de los permeable al halago y la lisonja y de los que viven de practicarlos para sujetarse a una vida vacía sin más pretensión en el corazón, del que se cree un escalón por encima del otro, del que mira por encima del hombro, del golpe en el pecho tras pasar por el confesionario convertido en teatro, del que ora y maltrata con la misma convencida profundidad, de los falsos cristianos a los que no les tiembla la mano para ahogar al vecino, del sacerdote del mal ejemplo que pulveriza el ministerio, del cofrade de doble cara de devoción para el culto público y befa en la intimidad tabernaria.
Dios nos libre de pensar, de sentir que todos esos males que nos asfixian son insuperables, de creer que Él no los va contabilizando. También nos libre Dios de venirnos abajo, de sentirnos víctimas infames ante el verdugo, de poner la mejilla por motivos espurios, de ser bastardos de nuestra dignidad, de no medir nuestras faltas mientras apuntamos las ajenas.
Dios nos libre, en esta Sevilla de esplendor barroco, de mirada a la galería, de exhibición de poder y gloria, de las veleidades, de los ídolos de barro, de no buscarlo en este camino, cada vez más desértico, que tenemos que seguir mientras vivamos. Dios nos libre, en estas horas de pesimismo, de aprieto, de angustia en el pecho, de no mirar hacia dentro para encontrarlo.
Foto: Fran Granado
Aurora Flórez. ABC