Un
paseo por Arahal. La actual calle Cervantes que conocemos en Arahal, tiene
una larga historia a sus espaldas ya que hasta la segunda mitad del Siglo XVII
se rotulaba con el nombre de calle Portillo. En el año 1865 la calle Portillo experimentó una notable mejora con
una dotación de infraestructuras para las corrientes higienistas, siendo
dotadas de pavimentaciones de calzadas y acerados.
Más tarde en la calle Portillo se establecieron en ella algunos industriales del calzado, denominándose desde entonces la calle “Zapateros”, siguiendo la tradición gremial que se imponía a las calles por esa época debido a las actividades profesionales que se desarrollaban por aquél entonces.
En la calle “Zapateros” se puede localizar algunas casas con un soporte de patio adosado a medianera encontrándose elementos de articulación tales como zaguanes y galerías con estructura de caserío del siglo XVIII.
Más tarde la calle “Zapateros” pasó a rotularse con el glorioso nombre de “Cervantes”, con motivo del último centenario celebrado en su honor en España. Desde el interior del Conjunto Histórico la calle adquiere una gran singularidad por su contribución a fijar un gran número de imágenes significativas, donde en su actualidad luce como una calle peatonal.
En la historia de la calle podemos contar que en la actual casa ocupada por los Herederos de Don Antonio Domínguez, la calle en otros tiempos fue un viejo solar de su merced don Francisco Calderón Barrionuevo, cuyo hijo menor, de igual nombre, era Caballero del Hábito de Santiago.
En esta dicha casa que posee en la actualidad un balcón de magnífica forja que asoma al centro del inmueble, brota un haz de hojarasca metálica a manera de soporte, de que según cuenta una tradición, colgaba una cadena dorada a la que podían agarrarse los perseguidos por la justicia que mientras permanecían agarrados a ella no podían ser detenidos.
Más tarde en la calle Portillo se establecieron en ella algunos industriales del calzado, denominándose desde entonces la calle “Zapateros”, siguiendo la tradición gremial que se imponía a las calles por esa época debido a las actividades profesionales que se desarrollaban por aquél entonces.
En la calle “Zapateros” se puede localizar algunas casas con un soporte de patio adosado a medianera encontrándose elementos de articulación tales como zaguanes y galerías con estructura de caserío del siglo XVIII.
Más tarde la calle “Zapateros” pasó a rotularse con el glorioso nombre de “Cervantes”, con motivo del último centenario celebrado en su honor en España. Desde el interior del Conjunto Histórico la calle adquiere una gran singularidad por su contribución a fijar un gran número de imágenes significativas, donde en su actualidad luce como una calle peatonal.
En la historia de la calle podemos contar que en la actual casa ocupada por los Herederos de Don Antonio Domínguez, la calle en otros tiempos fue un viejo solar de su merced don Francisco Calderón Barrionuevo, cuyo hijo menor, de igual nombre, era Caballero del Hábito de Santiago.
En esta dicha casa que posee en la actualidad un balcón de magnífica forja que asoma al centro del inmueble, brota un haz de hojarasca metálica a manera de soporte, de que según cuenta una tradición, colgaba una cadena dorada a la que podían agarrarse los perseguidos por la justicia que mientras permanecían agarrados a ella no podían ser detenidos.
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