domingo, 1 de marzo de 2020

Presentado el Cartel y revista de la Semana Santa 2020 que edita el Consejo de hermandades de Marchena


Cofrades de Arahal. Este mediodía ha sido presentado en San Lorenzo el Cartel anunciador de la Semana Santa de 2020, obra del pintor y carterista sevillano D. Fernando Vaquero Valero.
La obra pictórica fue descubierta por el autor y por el Sr. Rector de la Hermandad del Santo Entierro de Cristo y Nuestra Señora y Madre de la Soledad.
En el acto estuvieron presentes todos los hermanos mayores de las hermandades y la Sra. Alcaldesa de la localidad.
Una vez presentado el cartel, ha sido presentada la revista de Semana Santa conmemorativa que cada año edita el Consejo, este año volviendo a un diseño más moderno, a todo color en el que se recogen reportajes y artículos sobre nuestras hermandades.
Recogemos las palabras del artista en la presentación: "Hay un hecho que siempre me ha resultado curioso en los Evangelios a la hora de narrar el momento del descendimiento de Jesús: por ejemplo Marcos habla que ese momento ocurre atardecer, Lucas y Juan no mencionan el momento exacto del día, solamente en algunas versiones de Mateo 27 se nos dice:  “Cuando llegó la noche”…Cuando llegó la noche vino un hombre rico de Arimatea, llamado José, que también había sido discípulo de Jesús, este fue a Pilato y pidió el cuerpo de Jesús. Entonces Pilato mandó que se le diese el cuerpo. Y tomando José el cuerpo, lo envolvió en una sábana limpia. Quizás en este último evangelista es en el que que se basaron los grandes del arte para pintar sus famosos descendimientos .Rembrandt, Rubens o Caravaggio pintan este momento ya de noche, sea como fuere en nuestra tierra y debido fundamentalmente a que muchas procesiones ocurren de noche estamos mas que acostumbrados a imaginar esta escena sin la luz del sol . Yo también he querido hacerlo así en este vuestro cartel, la luna de Parascebe, esa primera luna de la primavera que marca la fecha de la Semana Santa de cada año ilumina la noche más dramática de la historia.
He prescindido de dulcificar la escena, he querido hablar del dolor, de la pasión y el dramatismo con el único objetivo de hacernos reflexionar sobre aquello que ocurrió en el Gólgota hace ahora más de 20 siglos.
Hace unos meses el Consejo de Cofradías de Marchena me anunciaba la ilusionante noticia de que iba a tener el honor de anunciar su Semana Santa, la cofradía elegida iba a ser el Santo Entierro, nada más conocer la noticia empecé a documentarme sobre esta hermandad y varios detalles de la misma me llamaron la atención, en primer lugar su maravilloso Cristo, obra de Jerónimo Hernández. La postura de los brazos, su actitud contusionada, la caída de los mechones y los paños me llevó a pensar que quizás, originariamente, este Cristo no fue concebido como yacente sino como parte de un Misterio del Descendimiento. Al preguntar en la hermandad me lo confirmaron…un maravilloso Cristo que ha representado a lo largo de su historia dos momentos fundamentales de la Pasión: el descendimiento y el traslado al sepulcro. Y de ahí surge la idea de esta escena, yo he querido representarlo justo en el momento intermedio de ambas escenas para poder hablar así de las dos a la vez. Arimatea y Nicodemo se acercan al cuerpo para cogerlo e iniciar su Santo Entierro. Me he decidido por una vista poco común, la cenital, como si fuese Dios Padre quien contemplase el entierro de su Hijo. El pueblo de Marchena ilumina este momento como si del astro lunar se tratara.
La cruz ensangrentada en la que murió yace en el suelo, como yace él, ella también cumplió ya su cometido, esa cruz, tan importante en esta hermandad ya que preside, por si sola, el primero de  los pasos de la cofradía en su Triunfo de la Santa Cruz, a los pies de la misma el símbolo del pelícano que preside la urna del Santo Entierro: el altruismo llevado hasta el sacrificio completo de sí mismo, símbolo de la muerte de Cristo. Junto a la cruz los tres clavos y el mazo. Sobre ella una tabla que reza en tres idiomas: Jesús Nazareno Rey de los Judíos.
Pero hay otro símbolo del que hace uso esta Hermandad y que al estudiarlo me llamó poderosamente la atención: son esas tres Marías con esa particular manera de entrelazar sus manos, he querido que aparezcan también al fondo en la penumbra.
Se preguntarán ustedes el por qué, si he representado el primer y segundo paso de esta hermandad, si he representado a las tres Marías no he representado a la Virgen, si lo está, pero lo está de un modo simbólico, está en el único color que he utilizado para pintar este cuadro: el azul ya que en la liturgia el color azul es el que simboliza la pureza, la virginidad y la Inmaculada Concepción de María.  
Quiero agradecer al Consejo de Cofradías de Marchena y en especial a su presidente y ya amigo José Antonio Romero el haber confiado en mi para representar con mis pinceles esta maravilla de Hermandad. Y quiero agradecer a la Hermandad del Santo Entierro su amabilidad, jamás en mi vida podré olvidar aquella tarde en la que sacaron el Cristo de la urna y lo pusieron a mis pies para que yo pudiese realizar mis estudios y fotografías para este cartel.
Empecé esta descripción hablando de la noche y con la noche termino ya que durante ella ocurre una de las singularidades más representativas de la Semana Santa marchenera: las moleeras esa larguísima serie de saetas encadenadas unas a otras con la que prácticamente se cierra vuestra semana santa  .Para aquel que no lo sepa dice la tradición que ante la puerta del Tiro se iba agrupando el pueblo que, con sus saetas y con sus salves, hacía más y más lento el caminar de la Virgen, consiguiendo así retrasar su entrada en el recinto del palacio. Por ese motivo el duque se quejaba de estar "molido" por el número tan elevado de saetas; y de ahí surgió el nombre popular de las "moleeras" Son muchas, muchísimas las saetas que se cantan esa noche, tantas como piedras he pintado en este cartel."

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