Cofrades de Arahal.
Este mediodía ha sido presentado en San Lorenzo el Cartel anunciador de la
Semana Santa de 2020, obra del pintor y carterista sevillano D. Fernando
Vaquero Valero.
La obra pictórica fue descubierta por el autor y por el Sr.
Rector de la Hermandad del Santo Entierro de Cristo y Nuestra Señora y Madre de
la Soledad.
En el acto estuvieron presentes todos los hermanos mayores
de las hermandades y la Sra. Alcaldesa de la localidad.
Una vez presentado el cartel, ha sido presentada la revista
de Semana Santa conmemorativa que cada año edita el Consejo, este año volviendo
a un diseño más moderno, a todo color en el que se recogen reportajes y
artículos sobre nuestras hermandades.
Recogemos las palabras del artista en la presentación:
"Hay un hecho que siempre me ha resultado curioso en los Evangelios a la
hora de narrar el momento del descendimiento de Jesús: por ejemplo Marcos habla
que ese momento ocurre atardecer, Lucas y Juan no mencionan el momento exacto
del día, solamente en algunas versiones de Mateo 27 se nos dice: “Cuando
llegó la noche”…Cuando llegó la noche vino un hombre rico de Arimatea, llamado
José, que también había sido discípulo de Jesús, este fue a Pilato y pidió el
cuerpo de Jesús. Entonces Pilato mandó que se le diese el cuerpo. Y tomando
José el cuerpo, lo envolvió en una sábana limpia. Quizás en este último
evangelista es en el que que se basaron los grandes del arte para pintar sus
famosos descendimientos .Rembrandt, Rubens o Caravaggio pintan este momento ya
de noche, sea como fuere en nuestra tierra y debido fundamentalmente a que
muchas procesiones ocurren de noche estamos mas que acostumbrados a imaginar
esta escena sin la luz del sol . Yo también he querido hacerlo así en este
vuestro cartel, la luna de Parascebe, esa primera luna de la primavera que
marca la fecha de la Semana Santa de cada año ilumina la noche más dramática de
la historia.
He prescindido de dulcificar la escena, he querido hablar
del dolor, de la pasión y el dramatismo con el único objetivo de hacernos
reflexionar sobre aquello que ocurrió en el Gólgota hace ahora más de 20
siglos.
Hace unos meses el Consejo de Cofradías de Marchena me
anunciaba la ilusionante noticia de que iba a tener el honor de anunciar su
Semana Santa, la cofradía elegida iba a ser el Santo Entierro, nada más conocer
la noticia empecé a documentarme sobre esta hermandad y varios detalles de la
misma me llamaron la atención, en primer lugar su maravilloso Cristo, obra de
Jerónimo Hernández. La postura de los brazos, su actitud contusionada, la caída
de los mechones y los paños me llevó a pensar que quizás, originariamente, este
Cristo no fue concebido como yacente sino como parte de un Misterio del
Descendimiento. Al preguntar en la hermandad me lo confirmaron…un maravilloso
Cristo que ha representado a lo largo de su historia dos momentos fundamentales
de la Pasión: el descendimiento y el traslado al sepulcro. Y de ahí surge la
idea de esta escena, yo he querido representarlo justo en el momento intermedio
de ambas escenas para poder hablar así de las dos a la vez. Arimatea y Nicodemo
se acercan al cuerpo para cogerlo e iniciar su Santo Entierro. Me he decidido
por una vista poco común, la cenital, como si fuese Dios Padre quien
contemplase el entierro de su Hijo. El pueblo de Marchena ilumina este momento
como si del astro lunar se tratara.
La cruz ensangrentada en la que murió yace en el suelo, como
yace él, ella también cumplió ya su cometido, esa cruz, tan importante en esta
hermandad ya que preside, por si sola, el primero de los pasos de la
cofradía en su Triunfo de la Santa Cruz, a los pies de la misma el símbolo del
pelícano que preside la urna del Santo Entierro: el altruismo llevado hasta el
sacrificio completo de sí mismo, símbolo de la muerte de Cristo. Junto a la
cruz los tres clavos y el mazo. Sobre ella una tabla que reza en tres idiomas:
Jesús Nazareno Rey de los Judíos.
Pero hay otro símbolo del que hace uso esta Hermandad y que
al estudiarlo me llamó poderosamente la atención: son esas tres Marías con esa
particular manera de entrelazar sus manos, he querido que aparezcan también al
fondo en la penumbra.
Se preguntarán ustedes el por qué, si he representado el
primer y segundo paso de esta hermandad, si he representado a las tres Marías
no he representado a la Virgen, si lo está, pero lo está de un modo simbólico,
está en el único color que he utilizado para pintar este cuadro: el azul ya que
en la liturgia el color azul es el que simboliza la pureza, la virginidad y la
Inmaculada Concepción de María.
Quiero agradecer al Consejo de Cofradías de Marchena y en
especial a su presidente y ya amigo José Antonio Romero el haber confiado en mi
para representar con mis pinceles esta maravilla de Hermandad. Y quiero
agradecer a la Hermandad del Santo Entierro su amabilidad, jamás en mi vida
podré olvidar aquella tarde en la que sacaron el Cristo de la urna y lo
pusieron a mis pies para que yo pudiese realizar mis estudios y fotografías
para este cartel.
Empecé esta descripción hablando de la noche y con la noche
termino ya que durante ella ocurre una de las singularidades más
representativas de la Semana Santa marchenera: las moleeras esa larguísima
serie de saetas encadenadas unas a otras con la que prácticamente se cierra
vuestra semana santa .Para aquel que no lo sepa dice la tradición que
ante la puerta del Tiro se iba agrupando el pueblo que, con sus saetas y con
sus salves, hacía más y más lento el caminar de la Virgen, consiguiendo así
retrasar su entrada en el recinto del palacio. Por ese motivo el duque se
quejaba de estar "molido" por el número tan elevado de saetas; y de
ahí surgió el nombre popular de las "moleeras" Son muchas, muchísimas
las saetas que se cantan esa noche, tantas como piedras he pintado en este
cartel."
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