Fernando Carrasco.Una cuaresma sin "cuaresmazos" era, sobre el papel y ante la llegada del Miércoles de Ceniza, más que una utopía algo inimaginable. Acostumbrados todos-las propias cofradías y los medios de comunicación-a estar a la que salta, pendientes de cualquier despotrique del de tuno para hacer de esta capa un sayo y de los grandes, nos hemos encontrado hasta el momento-lagarto, lagarto...- con que también se puede vivir este tiempo de reflexión y oración-arzobispo dixit-con la mirada puesta en otras cuestiones. Y nos hemos dado cuenta, repito que todos, que es importante, y mucho, volver la vista hacia lo que de verdad importa. Que no es otra cosa que echarle cuenta, nada más y nada menos, al trabajo que durante todo el año realizan las Hermandades y Cofradías, a la labor social que mira a los más desfavorecidos, a los parados, a los que no tienen con qué llegar a fin de mes o sufren para poner un plato de comida en la mesa para sus hijos. Y miramos también-y eso si que de verdad importa cuando escribimos de hermandades - a esa evangelización que hay que tener presente siempre y que no pocas veces cae en el olvido para regocijo de aquellos que están detrás de la manta esperando el resbalón.
Estamos descubriendo-que tire la primera piedra el que esté libre de pecado-que debajo del envoltorio, del celofán de colores y de la parafernalia muchas veces superflua, hay algo mucho más profundo que es lo verdaderamente esencial: La Palabra de Jesús a través no sólo de la Iglesia, sino de quienes somos Iglesia y pertenecemos a ella.
El camino que queda por recorrer hasta el Domingo de Resurrección es largo. Y habrá quien se empeñe en soltar el "cuaresmazo" y desviar la atención, precisamente, de lo que de verdad importa. Pero ahora, quitando el papel de regalo, hemos llegado a comprender que aquello era paja y esto es grano. Y del bueno.
Foto: FranGranado
Fernando Carrasco. ABC 21-03-2011
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