Tomó el Atril Andrés
y nos relató la transcendencia de las piezas que Germán tocaría al
piano, mostrando la destreza en la sabiduría e historia de las mismas. Germán
puso al principio el listón muy alto interpretando “Virgen del Valle” y acto
seguido “La Estrella Sublime, “Virgen de las Angustias” y “Candelaria”.
Terminó la primera parte del concierto y de nuevo, Andrés nos regala los oídos con sus
dotes de sabiduría musical comentándonos la segunda parte del acto. Germán
recoge el testigo y con voz entrecortada por la importancia de sus palabras nos
comenta que este concierto es un concierto muy especial para él. Que nos interpretará por primera vez la pieza “Bendición” y que a
su vez es una joya para los oídos, es una pieza que le quiere regalar a su
esposa María José porque a ella siempre le ha encantado escuchar en la
intimidad a su pareja. También nos dice; que echa de menos a una persona muy
importante para él en este concierto,
nos habla de su abuelo. Quién le introdujo el mundo cofrade en sus venas.
Y empezó a hablar el piano… Pudimos escuchar “Bendición” entre aplausos y
lágrimas, también “Lágrimas de Esperanza”,
“A ti… Manué” y “Réquiem al Cristo Yacente” dedicada a la memoria de su abuelo.
Para terminar dicho acto Germán nos regaló el montaje en el
proyector de la Casa del Aire con imágenes
cofrades de Andrés M. Alfonso
Quiles, a sones de la pieza “Sevilla
Cofradiera”. Espectacular los momentos que vivimos y las imágenes que contemplamos.
Germán no quería terminar el acto sin su abuelo. Lo tuvimos
presente en otro montaje de imágenes familiares que Germán seguro que guarda
con mucho cariño. La Historia cofrade de su abuelo entrelazada con la suya y al
piano el “Himno de San Antonio”.
Otro años más el Concierto de Cuaresma acabó con el público
rendido en aplausos y deseosos del siguiente.
Foto: Fran Granado
Foto: Fran Granado
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