Cofrades de Arahal. La Hermandad
de los Aceituneros de Utrera quiere agradecer a los vecinos de la barriada de
La Paz el cariño que le han profesado en los últimos años. Para ello, ha
propuesto la rotulación de las calles de dicho barrio con el nombre de sus dos
principales titulares. De esta forma pretende que, en lugar de denominarse
«Calle A» y «Calle B», lleven como nomenclatura sendas referencias al Señor
Atado a la Columna y a la Virgen de la Paz.
Ésta es la idea que la cofradía ha planteado a la Asociación
de Vecinos de la citada barriada, y que espera sea respaldada con una recogida
de firmas, antes de que la propuesta se presente al Ayuntamiento. Para ello, la
entidad vecinal tiene previsto repartir diversos pliegos por los comercios
utreranos, para que cualquier persona que lo desee pueda adherirse a la
iniciativa, plasmando su rúbrica.
La presidenta de la barriada La Paz, Lola Brenes, ha
explicado que esta propuesta «ha partido de la hermandad, a raíz de las dos
veces que ha estado aquí la Virgen en los últimos años. Hubo ciertos temores de
que pudiera ocurrir algo, debido a los problemas que hemos tenido en el barrio,
pero los Aceituneros se marcharon gratamente sorprendidos tras esas visitas.
Por eso, como agradecimiento a la buena acogida que les hemos dado, han
planteado cambiar los nombres de las calles».
De esta forma, además, «se intenta hacer aún más estrecha la
unión de la barriada con la hermandad, que ya se viene produciendo en los
últimos tiempos. Por ejemplo, el pasado verano hubo varios niños sin recursos
del barrio que participaron en el campamento organizado por los Aceituneros.
Además, cuando hemos necesitado algo, se lo hemos pedido y siempre ha sido
atendido».
En el recuerdo de los vecinos de esta barriada se encuentra
la visita que protagonizó la Virgen de la Paz en los años 2010 y 2014. La
primera de las ocasiones coincidió con el cincuentenario fundacional de los
Aceituneros, siendo llevada la imagen en andas para presidir una eucaristía en
dicho barrio. La última vez se produjo con motivo de las misiones generales que
se desarrollaron en Utrera, permaneciendo esta dolorosa durante varios días en
un garaje del barrio, que fue adaptado como capilla temporal.
Redacción y foto:
Emilio Muñoz Leal
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