En el magno besamanos además de las dolorosas de las hermandades y del Simpecado de la Hermandad del Rocío también estuvieron expuestas las imágenes de Madre de Dios de la Merced, titular de la Asociación Parroquial del barrio de Madre de Dios, la Divina Pastora de las Almas en San Juan, la Virgen de la Medalla Milagrosa en su capilla, la Virgen del Pilar en San Agustín y la patrona, la Virgen del Rosario en San Pedro.
Destacar de estos besamanos el de la Milagrosa, que no era besamanos a la imagen si no a la medalla, principal icono de esta iconografía mariana y que presidía su paso de salida, en el que procesionó en la tarde del 8 de diciembre.
Igualmente el de la Esperanza, de la Hermandad de la Vera Cruz y que era el primero de los dos besamanos que tendrá esta misma semana ya que el próximo domingo volverá a estar en besamanos aunque de manera ordinaria y como conclusión de los cultos celebrados en su honor por su onomástica.
Reseñar la ausencia de la Virgen de las Angustias, titular de la Hermandad del Cristo de San Pedro y que en la actualidad se encuentra en restauración.
Una ocasión, la de este besamanos para contemplar de nuevo y tras la exitosa procesión magna de septiembre, el rico patrimonio artístico y monumental de este municipio sevillano, un domingo espléndido de una recién inaugurada Navidad en la que Marchena nos brindó la oportunidad de pasear por sus calles, desde la coqueta capilla del complejo Madre de Dios hasta el templo de Santa María de la Mota para ver a la Soledad, no sin antes recordar al pasar por el tiro las famosas Moleeras.
De manera gráfica le mostramos a continuación este recorrido mariano con el que Marchena cierra los actos del IV Centenario del Voto Concepcionista.
Fotos: Eduardo Fdez. López
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