sábado, 27 de octubre de 2012

Manuel Antonio Santiago Muñoz inauguró el 75 Aniversario del Santísimo Cristo de la Misericordia de Arahal

Cofrades de Arahal. En la noche de ayer Manuel Antonio Santiago Muñoz en la casa del Aire nos abrió su libro de historia del mundo de los martillos y trabajaderas de Sevilla.
Nos cuenta que se remonta la historia al siglo XIX sus primeros documentos gráficos, y principios del siglo XX;  cuando en Sevilla los costaleros eran personas las cuales unas de sus carencias más importantes era la escasa solvencia económica que sostenían sus familias. A duras penas aquellas personas tenían posibilidad de poner al día su higiene personal. Antonio nos contó que entre sus recuerdos había uno de ellos que nunca se le olvidará, cuando apenas tenía 15 años ya acompañando al paso de la Macarena el olor que desprendían aquellos costaleros para algunas personas pudientes de Sevilla era infernal.
Los costaleros eran personas del campo, cargadores de los muelles de Sevilla o areneros del rio en su mayoría. Las Hermandades pagaban un jornal por el trabajo realizado y el encargado de toda aquella organización eran los capataces.  La escasez de alimentación era palpable en aquellos años y la edad media de los costaleros era muy mayor.  En la mente se tenía ganar un buen dinero en Semana Santa para llevar a su casa. Entonces la mentalidad nos contó Antonio es totalmente diferente a la nuestra, aquellos sobre esfuerzos no son ni por afición ni por devoción, son simplemente un trabajo extra.
Nos comentó también las raíces de los capataces y su estatus social habiendo hoy día algunas familias enteras que por tradiciones de sus antecesores siguen con el compromiso adquirido.
Se habló de tradiciones de Sevilla en los años de la posguerra, cuando las calles se llenaban de muchos hombres más o menos bien vestidos pero pocas mujeres, es más,  resaltó una de las imágenes que las mujeres permanecían en aquellos años en las balconeras de las casas. Se subían a la canastilla del paso niños pequeños y no tan pequeños vestidos de nazarenos mientras que la cuadrilla descansaba.  Las Hermandades en aquellos años si en el momento de salir las inclemencias del tiempo  no les dejaba pues aguardaban sin problemas para realizar su estación de penitencia.
 Acabando la conferencia con la imagen en primer plano de la Virgen de la Macarena dejándonos entrever por el timbre de su voz que además de ser un orgullo el guiar sus pasos Antonio Santiago la quiere con toda el alma.
La conferencia paso a la etapa de preguntas y allí los presentes pudimos acercarnos más a la persona de Manuel Antonio Santiago Muñoz. Se escucharon preguntas de todo tipo y él respondió desde su pensamiento con la madurez que los años le dictan. Sinceramente creo que se mojó en varios temas como el de la mujer costalera y el andar de los pasos de Sevilla. A los presentes y al que relata esta crónica le faltó que Antonio nos hablara un poco más su padre, que paso entre puntillas por la conferencia, imagino que el tiempo apremia y es mucha la historia que contar.
Para acabar con la Conferencia actuó al piano el compositor Germán García González con dos piezas dedicadas a las Hermandad como el Himno de la Misericordia y Madre del Santo Cristo compuesta por él mismo.  Poniendo así de esta manera tan especial la culminación al primer acto del 75 Aniversario del Santísimo Cristo de la Misericordia.
Fotos: Fran Granado

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