Los costaleros eran personas del campo, cargadores de los
muelles de Sevilla o areneros del rio en su mayoría. Las Hermandades pagaban un
jornal por el trabajo realizado y el encargado de toda aquella organización
eran los capataces. La escasez de
alimentación era palpable en aquellos años y la edad media de los costaleros era
muy mayor. En la mente se tenía ganar un
buen dinero en Semana Santa para llevar a su casa. Entonces la mentalidad nos contó
Antonio es totalmente diferente a la nuestra, aquellos sobre esfuerzos no son
ni por afición ni por devoción, son simplemente un trabajo extra.
Nos comentó también las raíces de los capataces y su estatus
social habiendo hoy día algunas familias enteras que por tradiciones de sus antecesores
siguen con el compromiso adquirido.
Se habló de tradiciones de Sevilla en los años de la
posguerra, cuando las calles se llenaban de muchos hombres más o menos bien
vestidos pero pocas mujeres, es más, resaltó una de las imágenes que las mujeres
permanecían en aquellos años en las balconeras de las casas. Se subían a la canastilla
del paso niños pequeños y no tan pequeños vestidos de nazarenos mientras que la
cuadrilla descansaba. Las Hermandades en
aquellos años si en el momento de salir las inclemencias del tiempo no les dejaba pues aguardaban sin problemas
para realizar su estación de penitencia.
Acabando la
conferencia con la imagen en primer plano de la Virgen de la Macarena
dejándonos entrever por el timbre de su voz que además de ser un orgullo el
guiar sus pasos Antonio Santiago la quiere con toda el alma.
La conferencia paso a la etapa de preguntas y allí los
presentes pudimos acercarnos más a la persona de Manuel Antonio Santiago Muñoz.
Se escucharon preguntas de todo tipo y él respondió desde su pensamiento con la
madurez que los años le dictan. Sinceramente creo que se mojó en varios temas
como el de la mujer costalera y el andar de los pasos de Sevilla. A los
presentes y al que relata esta crónica le faltó que Antonio nos hablara un poco
más su padre, que paso entre puntillas por la conferencia, imagino que el
tiempo apremia y es mucha la historia que contar.
Para acabar con la Conferencia actuó al piano el compositor
Germán García González con dos piezas dedicadas a las Hermandad como el Himno
de la Misericordia y Madre del Santo Cristo compuesta por él mismo. Poniendo así de esta manera tan especial la culminación
al primer acto del 75 Aniversario del Santísimo Cristo de la Misericordia.
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