Cofrades de Arahal.
Los trabajos de conservación en el Camarín del Santo Cristo de la Misericordia
en Arahal, iniciados a principios de este verano, han pasado ya su ecuador.
Esta primera fase ha requerido de una amplia labor de investigación sobre las
pinturas que ha servido al equipo técnico de la empresa especializada, Agora
S.L., para concretar los tratamientos y materiales más idóneo.
La Hermandad de la Misericordia de Arahal decidió acometer
este proyecto de restauración por el mal estado de conservación en el que se
encontraba el camarín donde está todo el año la imagen de su titular, Santo
Cristo de la Misericordia. Las causas del mal estado aparecen también
explicadas en este primer informe.
Hasta ahora, los trabajos realizados por la empresa
restauradora se han centrado en la elaboración de una amplia labor de
investigación sobre las pinturas que ha completado la realizada previamente
para la elaboración del proyecto. Esta investigación ha determinado
cualitativamente los materiales de las pinturas e, integralmente, ha definido
su estado de conservación. Además, estos estudios previos, necesarios para determinar
los tratamientos más idóneos, han puesto de relieve los materiales utilizados y
las distintas técnicas decorativas, así como el estado de conservación real en
que se encontraban las pinturas.
Precisamente, la empresa ha explicado en nota de prensa los
detalles de los trabajos acometidos y los que están previstos. La restauración
que se está realizando se extenderá todavía durante otros tres meses. En ella
trabaja un equipo multidisciplinar compuesto
por cuatro restauradores, dos historiadores, un químico y un dibujante. Los
trabajos de restauración consisten en la
eliminación de los estratos de polvo, labor muy delicada en algunas áreas,
donde el color se encuentra muy pulverulento (abundancia de polvo), y donde
amplias zonas de las pinturas presentan la capa pictórica subyacente
desprendida.
Asimismo, los técnicos han consolidado los estratos de
dorados, policromías y capa pictórica que, debido al exceso de humedad, había
provocado gran cantidad de polvo y la exfoliación de área. Además en la limpieza
general, se eliminan los estratos de suciedad general, sales, barnices oxidados
y repintes ("que tanto daño estético han causado").
Los trabajos proseguirán con la reposición de los morteros
en las lagunas y faltas y se reintegrarán para conseguir la armonización
estética del conjunto. "Pero se respetarán, en la reintegración cromática,
las faltas y formas que no sabemos cómo eran en origen, limitándonos, en su
extensión, a las que son necesarias para completar los elementos conservados",
concretan.
Según explica la empresa, el análisis del estado
conservación actual de las pinturas se ha centrado en la valoración de los tres
espacios del camarín: las dos naves laterales y el central con la cúpula
elevada sobre pechinas. El equipo técnico ha analizado en detalle soportes
murales, capas de preparación, policromías, capas pictóricas y dorados, barnices,
estratos superficiales, repintes e historia material, para determinar las actuaciones
precisas de conservación y restauración.
El camarín del Santo Cristo ha necesitado a lo largo de su
historia distintas intervenciones restauradoras de más o menos intensidad, lo
que está reflejado en sus muros. Los restauradores destacan la singularidad de
este conjunto decorativo, "realizado técnicamente de manera perfecta y con
materiales de buena calidad", pero en un "precario estado de
conservación por lo que ha necesitado siempre de constantes cuidados".
Para el equipo técnico las razones han sido el "uso de
velas que han impregnado de hollín las pinturas, accidentes importantes, como
el incendio de principios del siglo XX o las roturas en las cubiertas que ha
permitido la entrada de agua y arruinando parte de las pinturas". Estas
causas han obligado a la realización de diferentes repintes que "ha modificado,
de manera importante, la visión del conjunto decorativo".
En este sentido, en su informe destacan que la intervención
realizada a principios del siglo XX fue la que de manera más significativa
determinó el estado actual de las pinturas. Principalmente porque, explican,
"en ella desaparecieron partes importantes de la decoración y se
repintaron otras". Concretan que en la valoración actual de su estado de
conservación, "se ha encontrado una estructura muraría con morteros y
capas pictóricas afectados por los importantes procesos de humedad lo que ha
ocasionado en estos materiales originales grandes exfoliaciones, pulverulencia
y pérdidas importantes de elementos decorativos". Y añaden que los
procesos de humedad ya se encuentran corregidos por "la emigración de
sales hacia la superficie provocando la desintegración y exfoliación de todo el
estrato pictórico".
La empresa determina en su informe que los deterioros y
pérdidas se han concentrado en las zonas superiores de las dos bóvedas y en los
lunetos de los evangelistas de San Mateo (totalmente desaparecido y de San
Juan, muy erosionado). Las escenas principales de la Virgen Dolorosa y Jesús en
el Huerto de los Olivos, localizadas en los lunetos frontales, se salvaron
afortunadamente de los efectos de las humedades y de los repintes, así como los
demás evangelistas.
Historia
El camarín de la iglesia del Santo Cristo fue el último
elemento constructivo de la segunda fase de la misma, se terminó en el año
1760. Esta parte del templo posee unas pinturas murales que representan la
devoción y están encaminadas a despertar la piedad de los fieles por lo que les
escena muestran un gran realismo. Principalmente en los temas de la Pasión y el
de la Mater Dolorosa, como partícipe de los sufrimientos y dolores de la pasión
y muerte de su Hijo.
Otra parte que también aparece decorada en el camarín es el
arco que comunica con la iglesia; en su intradós aparecen nuevas referencias a
elementos representativos de la Pasión, como clavos, lanzas y látigo, junto con
pasajes del Salmo 76.
El costo de su decoración ascendió a cerca de seis mil pesos
(noventa mil reales) y fue sufragado con la colaboración de los Hermanos
Obregones que aportaron 29.385 reales, los donativos de particulares, entre los
que destacaron los que dieron doña Inés y María Núñez Ponce ( Seis mil reales )
o el de D. Francisco de Torres y su hijo D. Cristóbal (Doce mil setecientos
reales ), y lo poco que podía aportar la Hermandad que ya estaba superando la
crisis en la que se vio inmersa en la década de los cuarenta del s. XVIII. Todas
estas pinturas religiosas fueron realizadas en el año 1760, obra del mismo
autor que realizó las del presbiterio. Están relacionadas con el estilo del
pintor sevillano Juan de Espinal. Su pésimo
estado de conservación se debe a los avatares del tiempo, al agua, la humedad y al incendio que tuvo lugar en el año de 1917. El incendio obligó a una profunda modificación del Camarín en el año de 1919, cuyas obras fueron dirigidas por el arquitecto Aníbal González, la decoración de azulejos corrió a cargo de Vigil Escalera y Díaz. Las pinturas del Camarín sufrieron un grave deterioro entonces fueron retocadas en parte por E. Zaragoza.
estado de conservación se debe a los avatares del tiempo, al agua, la humedad y al incendio que tuvo lugar en el año de 1917. El incendio obligó a una profunda modificación del Camarín en el año de 1919, cuyas obras fueron dirigidas por el arquitecto Aníbal González, la decoración de azulejos corrió a cargo de Vigil Escalera y Díaz. Las pinturas del Camarín sufrieron un grave deterioro entonces fueron retocadas en parte por E. Zaragoza.
La restauración fue sufragada por los hermanos (contaba en
1919 con 50 hermanos) y otras personas caritativas. Gracia a ello se pudo
recaudar un total de 9.275 pesetas, que no fueron suficientes para hacer frente
al montante total de los gastos de las obras, que ascendieron a 13.694,95
pesetas. El descuadre fue sufragado por el Hermano Mayor D. José Zayas.
Redacción y fotos:
Hermandad
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