martes, 29 de marzo de 2011

CUESTIONES DE ALTAR Y CORO

Con esta frase, tan dura e inesperada, fue despachada la iniciativa que Pedro Ybarra, canónigo de la S.I.C., presentó hace ya unos meses al Cabildo metropolitano para que fuera rechazada la nueva ley de homicidios asistidos y programados del gobierno, ley del aborto. "Aquí se tratan cuestiones de altar y coro" ¡Toma ya! En las hermandades pasa algo de lo mismo. Transcurre la cuaresma y, si hacemos un breve balance, observaremos que la mayoría de ellas están inmersas en tratar cuestiones de "altar y coro". Nada de compromiso, de protesta, de reivindicación, de posicionamiento ante el silente y agresivo tsunami de laicismo que desde instancias gubernamentales va penetrando poco a poco, mermando los cimientos de la sociedad. Conciertos de marchas "convevencias" , estrenos a diestro y siniestro, obsesiones por sacar un nuevo pasito a la calle, presentaciones de mil y un carteles, los estatutos del consejo, homenajes de ojaneta, progoncitos empapados en el más denso almibar, donde el único interés es el aplauso fácil y el ripio del por aquí te quiero fer, el decreto "light" de las nazarenas, el recuento de los nazarenos al paso por la carrera oficial, la cotización en bolsa del adobo, las catenarias, las setas de la Encarnación. Mientras,  nuestro pastor comenta a ABC de Sevilla: "Ojalá todas las hermandades se sintieran Iglesia". En las hermandades pasa como en el Cabildo, que son contadas con los dedos de una mano, las que sí dan un paso al frente y dan la cara como miembros que son (somos) de la Iglesia. Ahí está la defensa pública de la vida que hizo la Hermandad del Silencia. A estas alturas todavía hay hermandades que miran para otro lado cuando se hablan de problemas que son fruto del momento que nos ha tocado vivir inmersas en sus fantasías, hipotecadas por los favores políticos y las miserias particulares de cada una. Si en la propia Catedral sólo se tratan cuestiones de "altar y coro", ¿Cómo vamos a pretender que las hermandades sean vanguardia de catolicidad?.

Ricardo Suárez. ABC

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