jueves, 3 de febrero de 2011

EL DECRETO DE ASENJO ABRE LA PUERTA A LAS MUJERES EN LOS "ARMAOS" Y BAJO LAS TRABAJADERAS

El arzobispo de Sevilla, monseñor Juan José Asenjo Pelegrina, promulgó ayer el decreto que había anunciado por el que «determina la plena igualdad de derechos entre los miembros de las Hermandades y Cofradías de la Archidiócesis, sin que sea posible discriminación alguna en razón del sexo, incluida la participación en la estación de penitencia como acto de culto externo». Esta promulgación ya fue anunciada por el prelado hispalense precisamente el pasado martes y afecta directamente a las tres únicas hermandades sevillanas que todavía no contemplaban esta posibilidad —Quinta Angustia, El Silencio y Santo Entierro—, así como a las del Santo Entierro y la Vera Cruz de Dos Hermanas.



En este decreto se expresa la voluntad del arzobispo de cerrar un proceso que data de 1997 en la Archidiócesis de Sevilla. Concretamente, las Normas Diocesanas para Hermandades y Cofradías de 8 de diciembre de 1997 ya establecían la igualdad en los derechos de voz y voto entre los hermanos y hermanas. En esa línea insistía la exhortación de su antecesor en el cargo, el ahora cardenal arzobispo emérito Carlos Amigo Vallejo, fechada el 12 de octubre de 2001, que fue acogida progresivamente por la inmensa mayoría de las hermandades.


Este decreto se inspira en motivos pastorales, y hace referencia a las peticiones de hermanas que han manifestado «su vivo deseo de participar, en igualdad de condiciones con sus hermanos, de tan piadoso instrumento de santificación». Esta normativa, que se promulga con rango de ley particular, tiene el período de «vacatio» que determina el Código de Derecho Canónico con carácter general, entrando en vigor, por tanto, el próximo 2 de marzo.


Con este decreto, las hermandades de la Quinta Angustia, El Silencio y Santo Entierro, de Sevilla capital, además de la del Santo Entierro de Dos Hermanas, podrán incluir nazarenas en sus próximas estaciones de penitencia. Precisamente, como ya informó ABC de Sevilla la semana pasada, fueron los hermanos mayores de estas corporaciones quienes solicitaron al prelado que fuese él quien diese el paso de promulgar un decreto para esta circunstancia, algo que el mismo martes señaló monseñor Asenjo que estaba a punto de suceder, algo que se verificó ayer.


¿Sólo nazarenas?

Sin embargo, este decreto deja la puerta abierta para que las hermanas también puedan desempeñar, tanto en los cultos internos como en la estación de penitencia, otros cargos. Así lo entiende el abogado sevillano Joaquín Moeckel, que lideró los recursos contra el Arzobispado en 2001 y que desembocaron en el exhorto pastoral de ese año que promulgó monseñor Amigo Vallejo en el que «invitaba» a las hermandades a reflexionar sobre la incorporación de las hermanas.


Según Moeckel, el decreto no deja lugar a las dudas: «Al decir “determina la plena igualdad de derechos”, que también podría haber añadido “y de obligaciones”, está claro que si un hermano tiene derecho a salir de nazareno, una hermana también. Pero si un hermano tiene derecho a salir de costalero, una hermana también. Si un hermano tiene derecho a salir de acólito, una hermana también. Si un hermano tiene derecho a salir de “armao”, una hermana ¿por qué no? Recordemos que la norma 24 de las Normas Diocesanas de 1997 sólo se igualaban las hermanas en el derecho de sufragio activo y pasivo».


Para el letrado sevillano, en todo caso, el decreto, «jurídicamente, es bastante pobre, toda vez que tendría que haber contemplado la nueva redacción de la citada norma, señalando que “la nueva redacción de la norma 24 queda de la siguiente manera”... y continuar con el texto del decreto».


Moeckel precisó que «echo de menos a los juristas de tanta altura que tenía la Iglesia, caso de Francisco Gil Delgado, Juan Garrido Mesa y Manuel Benigno García Vázquez», a la par que recordó que «es la tercera vez que se modifican las Normas Diocesanas, ya que en 2001 conseguí modificar la edad para ser elegido como hermano mayor y que el nombramiento del director espiritual fuese consensuado con la hermandad y no impuesto».


Acatamiento
Por su parte, los hermanos mayores de las cofradías que todavía no incluyen nazarenos dijeron acatar este decreto. Así, Manuel Losada, de la Quinta Angustia, precisó que el decreto «no tiene mucho que comentar, sino simplemente acatar», señalando que hasta la fecha no había habido ninguna petición de hermanas para salir de nazarenas. «Si las hay, pues se seguirán las directrices del decreto». La Quinta Angustia cuenta con unas 400 hermanas de una nómina de casi 2.000 hermanos.


De la misma opinión era Alberto Ybarra, hermano mayor de El Silencio, quien precisaba que «nuestras propias reglas dicen que todo lo que venga de al autoridad eclesiástica será acatado. Ahora nos organizaremos lo mejor que podamos de aquí a Semana Santa». Y es que esta corporación quería «tiempo para desarrollar este proyecto, al menos un año. Pero ha sido así y no hay nada que objetar», calculando que serán «unas 15 ó 20 las hermanas que vestirán la túnica. Un mayor número supondría una sorpresa».


Luis Miguel Onieva, hermano mayor del Santo Entierro, era de la opinión de que «pastoralmente estamos con nuestro arzobispo y no soy quien para poner en duda cualquier actuación de nuestro pastor. Nosotros, además le pedimos que promulgase un decreto por escrito, como así ha sido».


Además de las tres de la capital, también afecta el decreto a las hermandades de la Vera Cruz y del Santo Entierro de Dos Hermanas. Esta última podría celebrar un cabildo para tratar este tema y, en todo caso, recurrir el decreto, incluso en Roma, si así lo estiman oportuno.


La Hermandad de la Vera Cruz fue la pionera, hace 24 años, en llevar nazarenas


El decreto promulgado ayer por el arzobispo de Sevilla, monseñor Asenjo Pelegrina, pone fin a una etapa que inició, hace ahora 24 años, la Hermandad de la Vera Cruz, que fue la pionera en la cuestión de hermanas nazarenas tras la prohibición del cardenal Segura.
Así, en una noticia que publicaba ABC de Sevilla el 24 de febrero de 1987, se hacía referencia a que esta corporación «permitirá a sus hermanas salir como nazarenas en la próxima Semana Santa».
Desde aquel año, hasta este 2011, las hermandades de penitencia han ido incorporando, progresivamente, a las hermanas en la estación de penitencia, si bien se produjo un punto de inflexión en 2001, cuando el entonces arzobispo, monseñor Amigo, «chocó» contra el hermano mayor en aquellos momentos del Baratillo, Joaquín Moeckel, en esta cuestión, desembocando los recursos presentados en un exhorto pastoral que ahora, diez años después de su promulgación, termina con el decreto de monseñor Asenjo.

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