Desde Cofrades de Arahal:
Francisco Fdez. Querido Pepe: Hoy a la hora habitual me fui para nuestro local de los sueños musicales, como siempre un poco de tertulia en la puerta, pero todos mirando de reojo las manecillas del reloj y usted maestro no llegaba, ¡qué extraño no escuchar el saludo de cada músico al entrar! escuchar ese hola maestro de tus niños y tu siempre diciéndole ¿vamos que ya es la hora de empezar, vamos a ver si tocáis esa marcha nueva tan bonita! y entro al local maestro y me siento como usted denominaba en el trono, que es ese banquito alto, que sensación tan rara el mirar a su silla vacía junto a mí, ¿quién me va a explicar hoy, si los bombos no van bien, las trompetas segundas entran a destiempo, ese trombón no está afinado? que sensación tan rara el que usted no me explicar algunas de sus vivencias, ¿cómo se puede explicar el que usted no lo viéramos allí? tus niños maestro te dedican un minuto de silencio de cariño a un grande de los nuestros, un grande de la música y una leyenda de Arahal, larga y sentida ovación al finalizar, y comienza a sonar la música y comienza a sonar los metales, y se comienza a ver las caras de felicidad de tus niños, pues te todos maestros te veían en cada nota en cada compás, tu imagen la veían reflejada en las campanas de los instrumentos, sencillamente maestro estabas allí, en el corazón de cada uno de nosotros, donde serás eterno, seguro maestro que desde el cielo nos acompañaste con tu bombardino, allí en la Victoria del cielo, junto a José el bombo, junto a Francisco, junto a Félix y junto a tu amigo Luís Alfonso.
Francisco Fdez. Querido Pepe: Hoy a la hora habitual me fui para nuestro local de los sueños musicales, como siempre un poco de tertulia en la puerta, pero todos mirando de reojo las manecillas del reloj y usted maestro no llegaba, ¡qué extraño no escuchar el saludo de cada músico al entrar! escuchar ese hola maestro de tus niños y tu siempre diciéndole ¿vamos que ya es la hora de empezar, vamos a ver si tocáis esa marcha nueva tan bonita! y entro al local maestro y me siento como usted denominaba en el trono, que es ese banquito alto, que sensación tan rara el mirar a su silla vacía junto a mí, ¿quién me va a explicar hoy, si los bombos no van bien, las trompetas segundas entran a destiempo, ese trombón no está afinado? que sensación tan rara el que usted no me explicar algunas de sus vivencias, ¿cómo se puede explicar el que usted no lo viéramos allí? tus niños maestro te dedican un minuto de silencio de cariño a un grande de los nuestros, un grande de la música y una leyenda de Arahal, larga y sentida ovación al finalizar, y comienza a sonar la música y comienza a sonar los metales, y se comienza a ver las caras de felicidad de tus niños, pues te todos maestros te veían en cada nota en cada compás, tu imagen la veían reflejada en las campanas de los instrumentos, sencillamente maestro estabas allí, en el corazón de cada uno de nosotros, donde serás eterno, seguro maestro que desde el cielo nos acompañaste con tu bombardino, allí en la Victoria del cielo, junto a José el bombo, junto a Francisco, junto a Félix y junto a tu amigo Luís Alfonso.
Así maestro sabemos que nos seguirás cuidando desde el cielo
y siempre estarás con nosotros.
Sin más maestro un abrazo para don José Segura Medina, músico de Dios.
Hoy segundo aniversario de su hasta luego...
Foto: Fran Granado
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